domingo, 25 de enero de 2015

2° presidente de ee.uu : John Adams


John Adams
John Adams
(1735/10/30 - 1826/07/04)

John Adams

Segundo presidente (1797-1801) de Estados Unidos



Nació el 30 de octubre de 1735 en Braintree (hoy Quincy), Massachusetts (Estados Unidos).

Cursó estudios en Harvard, donde se graduó en 1755. Posteriormente estudió derecho y ejerció la abogacía desde 1758.

El inicio de su carrera política, estuvieron caracterizados por la denuncia de la Stamp Act (Ley del Timbre). Le eligieron como abogado de varios soldados británicos acusados de la muerte de cinco colonos en lamatanza de Boston (1770) y defendió con éxito a sus clientes justificando el uso de la fuerza en defensa de sus vidas.

En sus ensayos Novanglus (1774-1775) defendió la resistencia colonial y argumentó que el Imperio Británico era en realidad una liga de entidades políticas casi autónomas. En el primer y segundoCongresos Continentales, apareció como máximo exponente de los derechos históricos de los ingleses.

Junto con su primo Samuel Adams contribuyó a la designación de George Washington como comandante del nuevo Ejército Continental. Formó parte del comité que redactó la Declaración de Independencia, y fue entonces cuando comenzó su rivalidad con Thomas Jefferson. En 1778 el Congreso le mandó junto a John Jay para unirse a Benjamin Franklin como representantes diplomáticos en Europa. Franklin permaneció como delegado estadounidense en Francia; Adams marchó a las Provincias Unidas (hoyPaíses Bajos) y tomó la responsabilidad de iniciar las negociaciones con Gran Bretaña; Jay viajó a España. Negociaron juntos en 1782 y 1783 el Tratado de París, poniendo así fin a la guerra con Gran Bretaña.

En 1785 se convirtió en el primer embajador estadounidense en Gran Bretaña, cargo que desempeñó hasta 1788. Durante su estancia en Londres escribió los tres volúmenes de la Defensa de las constituciones de gobierno de los Estados Unidos de América.

Tras ser vencido en las elecciones de 1788 y 1792, en las que Washington resultó elegido presidente, se convirtió en el primer vicepresidente de la nación. En el año 1796 fue elegido para suceder a Washington como presidente ganando en las elecciones a Thomas Jefferson y Thomas Pinckney.

Los federalistas de Hamilton aprueban las leyes de Extranjería y Sedición (Alien and Sedition Acts), que restringían los derechos y privilegios de los forasteros y Adams se negó a aprobarlas. Conservó el gabinete que había heredado de Washington, varios de cuyos miembros eran leales a Hamilton. En unión de sus partidarios en el Congreso estos manipularon la creación del nuevo ejército que en realidad controlaba Hamilton. En febrero de 1799 nombró nuevos comisionados para reanudar las negociaciones de paz con Francia. La iniciativa de paz le permitió desmantelar el nuevo ejército, sin embargo, la política exterior dividió el Partido Federalista en vísperas de las elecciones de 1800 y contribuyó de manera significativa a la elección de Thomas Jefferson y a la victoria republicana en ambas cámaras en el Congreso. Cuando abandonó la presidencia, se dedicó a escribir.

John Adams falleció el 4 de julio de 1826 en QuincyMassachusetts (Estados Unidos).


1° presidente de ee.uu : George Washington

George Washington

George Washington nació el 22 de febrero de 1732 a orillas del río Potomac, en la finca de Bridge's Creek, en el antiguo condado de Westmoreland, en el actual estado de Virginia. Pertenecía a una distinguida familia inglesa, oriunda de Northamptonshire, que había llegado a América a mediados del siglo XVII y había logrado amasar una considerable fortuna. Su padre, Augustine, dueño de inmensas propiedades, era un hombre ambicioso que había estudiado en Inglaterra y que al enviudar de su primera mujer, Jane Butler, quien le había dado cuatro hijos, contrajo segundas nupcias con Mary Ball, de una respetable familia de Virginia, que le dio otros seis vástagos, entre ellos George.
Poco se sabe de la infancia del futuro presidente, salvo que sus padres lo destinaban a una existencia de colono y por ello no fue más allá de las escuelas rurales de aquel tiempo: entre los siete y los quince años estudió de modo irregular, primero con el sacristán de la iglesia local y luego con un maestro llamado Williams. Alejado de toda preocupación literaria o filosófica, el muchacho recibió una educación rudimentaria en lo libresco, pero sólida en el orden práctico, al que lo inclinaba su activo temperamento.

George Washington
Ya en la temprana adolescencia estaba suficientemente familiarizado con las tareas de los colonos como para cultivar tabaco y almacenar las uvas. En esa época, cuando tenía once años, murió su padre y pasó a la tutela de su hermanastro mayor, Lawrence, un hombre de buen carácter que, en cierta forma, fue su tutor. En su casa, George conoció un mundo más amplio y refinado, pues Lawrence estaba casado con Anne Fairfax, una de las grandes herederas de la región y acostumbraba codearse con la alta sociedad de Virginia.
Un colono con vocación militar
Escuchando los relatos de su hermanastro, se despertó en él una temprana vocación militar y a los catorce años quiso hacerse soldado, aunque tuvo que desechar la idea ante la férrea oposición de su madre, quien se negó a que siguiera la carrera de las armas. Dos años más tarde comenzó a trabajar de agrimensor, como asistente de una expedición para medir las tierras de lord Fairfax en el valle de Shenandoah.
A partir de allí, las agotadoras jornadas en campo abierto, sin comodidades y expuesto a los peligros de la vida salvaje, le enseñaron no sólo a conocer las costumbres de los indios y las posibilidades de colonización del Oeste, sino a dominar su cuerpo y su mente, templándolo para la tarea que el futuro le reservaba. Pero de momento, aunque las preocupaciones políticas no le perturbaban (el joven Washington era un fiel súbdito de la corona inglesa), se sentía molesto por las limitaciones impuestas por la metrópoli a la colonización, ya que con su hermanastro proyectaban llevar sus negocios a las tierras del Oeste.
A los veinte años ocurrió un cambio decisivo en su vida, que lo convirtió en cabeza de familia. Una tuberculosis acabó con la vida de Lawrence en 1752 y George heredó la plantación de Mount Vernon, una enorme finca con 8.000 acres y 18 esclavos. Así, pues, pasó a ser uno de los hombres más ricos de Virginia, y como tal actuaba: pronto se distinguió en los asuntos de la comunidad, fue un activo miembro de la Iglesia episcopal y se postuló como candidato, en 1755, a la Cámara de los Burgueses del distrito. También sobresalía en las diversiones; era un magnífico jinete, alto y de ojos azules, un gran cazador y mejor pescador; amaba el baile, el billar y los naipes y asistía a las carreras de caballos (tenía sus propias cuadras) y a cuantas representaciones teatrales se daban en la región. Pero su vocación de soldado no había muerto, y entre sus planes figuraba ser también un brillante militar.

Su casa en Mount Vernon, Virginia
Por entonces, ingleses y franceses se disputaban el dominio de América del Norte, y la controversia sobre las rutas de la cabecera del Ohio había conducido a una extrema tensión entre los colonos. Washington se alistó en el ejército, y poco después de la muerte de su hermanastro fue nombrado por el gobernador Robert Dinwiddie comandante del distrito, con un sueldo de 100 dólares anuales. Ante las invasiones de los franceses por la frontera, en 1753 el gobernador le encargó la misión de practicar un reconocimiento en la zona limítrofe. A mediados de noviembre, Washington se puso en marcha al frente de seis hombres por el valle del Ohio, un país inhóspito, poblado de tribus salvajes y múltiples peligros. A pesar del frío y las nieves, pudo llevar a cabo la dura travesía hasta alcanzar Fort-Le Boeuf en Pennsylvania, una hazaña que comenzó a cimentar su fama.
Declarada en 1756 la guerra de los Siete Años, que para los colonos ingleses en América suponía la lucha por su expansión frente al predominio francés, Washington fue designado teniente coronel del regimiento de Virginia, a las órdenes del general Fry. Al morir éste en combate, le sucedió como jefe supremo de las fuerzas armadas del condado, pasando poco después a formar parte del estado mayor del general Braddock, que dirigía las tropas regulares enviadas por Inglaterra. El 9 de julio de 1755 se distinguió en la batalla de Monongahela por su coraje y capacidad de decisión, si bien ésta acabó en un desastre para los ingleses.
La derrota repercutió de tal forma en su ánimo que el joven militar se retiró a Mount Vernon con el firme propósito de no volver a tomar las armas. Pero no pudo llevarlo a cabo, pues los notables de Virginia le pidieron que se hiciera cargo de las tropas, a pesar de que sólo contaba con veintitrés años de edad. Washington conservó el mando entre 1755 y 1758, época en que también fue elegido como representante del condado de Frederic para la Cámara de los Burgueses de Virginia. Su nombre ya era popular, se le admiraba por su experiencia y tacto, y comenzaba a labrarse un sólido prestigio político interviniendo activamente en las deliberaciones de la asamblea.
Tras algunos sinsabores, desilusionado ante el curso de la guerra con Francia y la conducta de los comandantes británicos, Washington renunció a su cargo militar para regresar a Mount Vernon y al poco tiempo, el 6 de enero de 1759, se casó con Martha Dandridge, una mujer tan rica como bella, viuda del coronel Parke Custis y dueña de una de las mayores fortunas de Virginia. Poseía un gran número de esclavos, 15.000 valiosos acres y dos hijos de seis y cuatro años, que se convirtieron en la verdadera familia de Washington.
En Mount Vernon la pareja, unida más que por un amor apasionado por una armoniosa felicidad, llevaba la vida de los ricos propietarios, atentos a la prosperidad de sus tierras y al papel prominente que desempeñaban en la vida social de la región. Todo se hacía a lo grande, la ropa se compraba en Londres, las fiestas eran espléndidas y los huéspedes se contaban por cientos. Pero esta vida rumbosa se vería interrumpida por el vendaval político que pronto se abatió en la América del Norte.
La lucha por la independencia
El final de la guerra de los Siete Años, signado el 10 de febrero de 1762 por el Tratado de París, significó la renuncia de Francia a sus pretensiones sobre Acadia y Nueva Escocia y la posesión, por parte de Inglaterra, de Canadá y toda la región de Luisiana, salvo Nueva Orleans. Pero la discrepancia mercantil entre Londres y sus colonias aumentó a raíz de esta conclusión, pues el gobierno inglés consideró que todas sus posesiones habían de cooperar en la amortización de los gastos ocasionados por la guerra, ya que todas ellas se habían beneficiado de sus resultados.
De hecho, el déficit originado por la contienda era enorme, y en marzo de 1765 el parlamento inglés votó un impuesto que hirió los derechos tradicionales de las colonias, imponiendo el uso de papel timbrado para toda clase de contratos. Con verdadera ceguera política, al año siguiente impuso una serie de derechos aduaneros sobre el papel, el vidrio, el plomo y el té, que provocaron la indignación del mundo comercial norteamericano y la formación de ligas patrióticas contra el consumo de mercancías inglesas. A la vanguardia de las luchas que precedieron al estallido revolucionario habían de colocarse los aristócratas de Virginia y los demócratas de Massachusetts. Washington se sintió irritado por tales medidas, pero continuó considerándose un súbdito leal a Inglaterra y un hombre de opiniones moderadas.

Washington en traje de cazador
En 1773 la población de Boston protestó contra los impuestos arrojando los cargamentos de té al mar. El hecho, conocido como el Boston Tea Party, acabó de abrirle los ojos a Washington y de volcarle hacia la defensa de las libertades americanas. Cuando los legisladores de Virginia se reunieron al año siguiente en Raleigh, él estuvo presente y firmó las resoluciones. En la primera legislatura revolucionaria de ese año pronunció un elocuente discurso declarando: «Organizaré un ejército de mil hombres, los mantendré con mi dinero y me pondré al frente de ellos para defender a Boston». Ya había dejado de ser un moderado cuando, vestido de uniforme, representó a Virginia en el Primer Congreso Continental que se celebró en Filadelfia en 1774. Sus cartas muestran que aún se oponía a la idea de la independencia, pero que estaba decidido a no renunciar a «la pérdida de los derechos y privilegios que son esenciales a la felicidad de todo Estado libre y sin los cuales la vida, la libertad y la propiedad se tornan totalmente inseguras».
Comenzadas las hostilidades entre ingleses y americanos en la batalla de Lexington, el 19 de abril de 1775, los autonomistas declararon sus anhelos de independencia frente a la corona inglesa. Todas las colonias se consideraron en guerra contra la metrópoli y, en el Segundo Congreso reunido en Filadelfia ese año, confiaron el mando de las tropas al plantador virginiano George Washington. Su elección fue en parte el resultante de un compromiso político entre Virginia y Massachusetts, pero también la consecuencia de la fama ganada en la campaña de Braddock y del talento con que impresionó a los delegados del Congreso.
El flamante jefe de las fuerzas coloniales se vio entonces frente a la arriesgada tarea de crear un ejército casi desde la nada y en presencia del enemigo. Al llegar a Boston se encontró con más de quince mil hombres, pero se trataba sólo de una masa confusa de insurrectos indisciplinados, divididos en bandas hostiles entre sí, a menudo en harapos y mal armados. Faltaban víveres y vituallas, y además, cada asamblea provincial dictaba órdenes a su capricho. Aquí demostró Washington sus brillantes dotes de organización y su incansable energía, disciplinando y adiestrando a los voluntarios inexpertos, reuniendo provisiones y llamando a las colonias en su apoyo. De esa forma organizó al ejército de Massachusetts, con el que pudo ocupar Boston y expulsar de Nueva Inglaterra a los ingleses del general Howe en 1776. Ese año, ante la llegada de nuevas tropas enviadas por la metrópoli, los americanos habían proclamado solemnemente la independencia de los Estados Unidos.
Washington había ganado el primer round contra las tropas de la corona, pero aún faltaban varios años de guerra en que los soldados americanos serían puestos al borde de la aniquilación. Entre los factores decisivos para alcanzar la victoria, en primer término figuraron su capacidad para infundir confianza a los soldados, su energía incansable y su gran sentido común. Nunca fue un genial estratega, ya que, como dijo Jefferson, «a menudo fracasó a campo abierto», pero supo mantener viva entre sus hombres la llama del patriotismo y escuchó siempre las opiniones de los generales a su mando, sin importarle dejar de lado su propio parecer.
Así, en un segundo momento, retiró sus tropas al sur y esperó la contraofensiva británica en Long Island, pero decidió retirarse debido a su inferioridad numérica respecto a Howe. Desde entonces, en Pennsylvania empleó una táctica de desgaste que le valió las victorias de Trenton y Princeton de 1776, aunque también las derrotas de Brandwine y Germantown del año siguiente. En retirada, contuvo a las fuerzas de Howe que avanzaban sobre Filadelfia. La ciudad no pudo resistir y cayó en manos del jefe británico, pero pronto los ingleses sufrieron un desastre considerable y el general Burgoyne fue obligado a capitular en Saratoga, el 17 de octubre, ante el asedio del jefe americano Gates.
Este éxito de la Revolución americana conmovió en Europa a los adeptos del enciclopedismo y a los partidarios del «hombre natural» de Rousseau. Voluntarios franceses como La Fayette, Rochaubeau y De Grasse, polacos como Kosciuszko y sudamericanos como Miranda, acudieron en auxilio de las huestes de Washington, que vio así facilitada su tarea. Después del terrible invierno de Valley Forge, donde se dedicó a adiestrar a sus tropas, pudo reanudar victoriosamente la lucha gracias a los refuerzos recibidos. El gobierno francés vio en el conflicto la oportunidad de vengar la derrota de la guerra de los Siete Años y, en 1778, firmó una alianza con los Estados Unidos, a la que se sumó al año siguiente Carlos III de España.
El auxilio de las tropas francesas fue tan eficaz que Washington pudo recuperar Filadelfia, sitiar Nueva York y dirigirse al sur para cortar el avance de lord Cornwallis, que iba al frente de once mil hombres, el grueso de las tropas inglesas. El 19 de octubre de 1781 éste se vio obligado a capitular, luego de caer prisionero con su ejército. Esta rendición provocó la definitiva victoria de los colonos y el reconocimiento de la independencia por parte de Inglaterra, antes de firmarse la paz en Versalles, el 20 de enero de 1783.
El constructor del Estado
En plena guerra, en 1778, el Congreso había promulgado la Ley de Confederación, primera tentativa para constituir un bloque homogéneo con los trece estados de la Unión. Pero esta fórmula política dio escasos resultados, pues la guerra y la posguerra exigían más un poder central fuerte que un gobierno sin atribuciones. En la cumbre del prestigio y la fama, después de los triunfos militares, Washington tuvo que hacer frente a los problemas de la reconstrucción nacional. Por un lado se negó a aceptar la corona que algunos notables le ofrecían, dedicándose a combatir la reacción monárquica de algunos sectores del país, y por otro proclamó la necesidad de establecer una constitución.
Su postura federalista, defensora de la implantación de un poder central eficiente que defendiera los intereses americanos en el exterior y equilibrara las tendencias partidistas de los territorios, supo conciliarse con la de los republicanos, partidarios de conservar la independencia política y económica de los estados. El acuerdo entre ambos grupos fue expresado por la Constitución del 17 de septiembre de 1787, la primera carta constitucional escrita que reguló la forma de gobierno de un país. Una vez más, las dotes de organización y dirigente de Washington hicieron que las esperanzas fueran puestas en él, y el Congreso lo eligió como primer presidente de los Estados Unidos en 1789.
La prudencia, la sensatez y sobre todo un respeto casi religioso a la ley, fueron las notas dominantes de sus ocho años de gobierno. Al elegir a los cuatro miembros de su gabinete, Thomas Jefferson en la Secretaría de Estado, el general Henry Knox en la de Guerra, Alexander Hamilton en la del Tesoro y Edmund Randolph en la de Justicia, Washington estableció un cuidadoso equilibrio entre republicanos y federales, el cual posibilitó la puesta en marcha del aparato que habría de coordinar y dirigir la administración del país. Para hacer frente a los graves problemas económicos por los que éste atravesaba, aplicó una férrea política fiscal y se esforzó por asociar los grandes capitales con el Estado, a fin de comprometerlos en la estabilidad de la nación. Con idéntico objetivo creó el Banco de los Estados Unidos y, a fin de promover el desarrollo industrial, dictó una serie de medidas proteccionistas que le valieron el apoyo de la burguesía.
Elegido para un segundo mandato en 1793, ante sus dudas fue Jefferson quien le convenció de que aceptara el cargo nuevamente. En esta segunda etapa de gobierno tuvo que abocarse a serios problemas, como el suscitado en el Oeste por la oposición a los impuestos sobre el aguardiente, que originó en 1794 una sublevación, conocida comoWhiskey Rebellion, la cual fue reprimida por las tropas enviadas por orden del presidente.
Otro elemento de desgaste fue el choque entre Jefferson y Hamilton, motivado por la radicalización de la Revolución francesa y el conflicto armado que asolaba Europa. Mientras que el secretario de Estado se inclinaba por el apoyo de Estados Unidos a la Francia revolucionaria, el secretario del Tesoro defendía la neutralidad ante la contienda. Washington, que al principio había tratado de mantener la armonía entre ambos, apoyó, una vez declarada la guerra europea, las posiciones de Hamilton y se decidió por la neutralidad. No tardó mucho tiempo en declarar sus simpatías pro británicas, a pesar de la enorme deuda que su país tenía con Francia, y ello trajo como consecuencia el debilitamiento de las relaciones con esta nación. Thomas Jefferson, por su parte, manifestó su disconformidad abandonando el gobierno y, ya desde la oposición, se opuso al centralismo del presidente.
Así fue cómo la estrella política de Washington comenzó a declinar hasta ensombrecerse totalmente cuando se conocieron los términos de un acuerdo comercial firmado por Gran Bretaña, el Tratado Jay del 25 de junio de 1794, que provocó fuertes discusiones en el parlamento y una real merma de la popularidad presidencial. Aun así, fue elegido por tercera vez para ocupar el poder, pero en esta oportunidad se negó tajantemente, aduciendo que quería volver con su familia y a la paz de la vida privada. En realidad, le frenaba el miedo a la tentación dictatorial que desvirtuaría el origen democrático de su lucha por la independencia, y no dudó en regresar a su plantación de Virginia.
Los dos últimos años de su vida, ya en la declinación de sus facultades físicas, los dedicó a cuidar de su familia y sus propiedades, salvo una breve interrupción en 1798, cuando se le nombró comandante en jefe del ejército ante el peligro de una guerra con Francia. En el invierno siguiente, Washington regresó a su casa agotado por una cabalgata de varias horas, por el frío y la nieve. Una aguda laringitis lo llevó a la muerte el 14 de diciembre de 1799. El prohombre de la independencia, el que fue «el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus compatriotas», enfrentó el final con su serenidad característica, la misma que le había permitido afrontar el peligro de los campos de batalla con absoluta tranquilidad. Como escribió Jefferson, era un hombre inaccesible al temor.

HUITZILÍHUITL (Pluma de colibrí)

HUITZILÍHUITL (Pluma de colibrí) 

P
rimer tlatoani guerrero de los mexicas, desde 1391 hasta 1415.



HUITZILÍHUITL (Pluma de colibrí)
 

          Cuarto hijo de Acamapichtli, fue elegido tlatoani porque “era un mancebo de corazón noble, apacible y de buenas costumbres”. Su primera decisión política como gobernante fue contraer matrimonio con la hija de Tezozómoc, señor de Azcapotzalco, con lo cual consiguió que los tributos se redujeran a meras entregas simbólicas. A cambio, Huitzilíhuitl prestó a su suegro el valioso servicio de conquistar a varios pueblos vecinos en su nombre, entre ellos Chalco y Cuautitlán, convirtiéndolo en el señor más poderoso del valle de México. No obstante su prematura muerte —a los treinta y cinco años de edad—, relatan las crónicas indígenas que Huitzilíhuitl “dejó su reino en orden y dio varias leyes, formó un ejército para la tierra y otro para el agua”. Fue el primer tlatoani guerrero, dejó un legado de vida militar que dejó entrever las capacidades de conquista de los mexicas.

HUITZILÍHUITL (Pluma de colibrí)
Pluma de colibrí

ACAMAPICHTLI (El que empuña la caña)

ACAMAPICHTLI (El que empuña la caña)

F
ue tlatoani mexica entre los años 1367-1387.


ACAMAPICHTLI (El que empuña la caña)

          A la muerte de Tenoch los mexicas quedaron sin liderazgo legítimo. Como no existía entre ellos una estirpe real, pidieron al señor de Culhuacán que designara a uno de sus familiares para que los gobernara. Así, Acamapichtli se convirtió en el primer tlatoani (“el que habla”) de Tenochtitlan. Cuando fue entronizado, uno de los ancianos mexicas le advirtió que el gobierno “era una carga muy pesada” y que su obligación era engrandecer a su pueblo. La elección de Acamapichtli provocó la ira del señor de Azcapotzalco, de quienes los mexicas eran tributarios, por lo que ordenó a éstos duplicar los tributos. En previsión de un eventual ataque, el tlatoani ordenó la fortificación de Tenochtitlan. Otras medidas dictadas por el gobernante fueron la expansión de los terrenos de la ciudad con tierra y piedras transportadas desde las orillas del lago, así como la división de la urbe en cuatro barrios.

ACAMAPICHTLI (El que empuña la caña)
El que empuña la caña


TENOCH (Tuna de piedra)

TENOCH (Tuna de piedra)


F
ue sacerdote, caudillo y jefe militar de los mexicas desde 1325 hasta 1363, año en que murió.


TENOCH (Tuna de piedra)

         
Condujo a los mexicas durante la última etapa de su peregrinación en busca de un lugar donde asentarse. Bajo su mandato, los mexicas transitaron de un lugar a otro en el valle de México, hostilizados continuamente por los habitantes de Culhuacán y Azcapotzalco, quienes obligaron a Tenoch y a los suyos a establecerse en lugares inhóspitos como Tizapán. Finalmente, en 1325, de acuerdo con algunas crónicas indígenas, mientras los mexicas erraban por las orillas del lago de Texcoco, en una de las pequeñas isletas, entre los juncales, vieron el prodigio que Huitzilopochtli, su dios principal les había anunciado como la señal para que ahí levantaran su ciudad: un águila sobre un nopal y devorando una serpiente. En ese sitio fundaron México-Tenochtitlan. Tenoch gobernó la ciudad hasta su muerte, el mismo año en que comenzó a humear el volcán Popocatépetl; es decir, en 1363.

TENOCH (Tuna de piedra)
Tuna de piedra

2° Emperador de México : Maximiliano de Habsburgo

Maximiliano de Habsburgo

Fecha de gobierno: Del 10 de abril de 1864 al 15 de mayo de 1867.

Tipo de Gobierno: Monarquía Constitucional del Segundo Imperio en México.
Lugar y fecha de nacimiento: 06 de julio de 1831 en el Palacio de Schönbrunn, Vienna.
Lugar y fecha de fallecimiento: 19 de junio de 1927 en el Cerro de las Campanas en Querétaro, México.

Biografía de Maximiliano de Habsburgo

Segundo Emperador de México Maximiliano de Habsburgo
Su nombre completo fue Fernando Maximiliano José Habsburgo. Fue de origen Austriaco. Provenía de una familia real ya que desde su nacimiento fue Archiduque de Austria y príncipe de Hungría y Bohemia. Es un personaje importante en la historia de México debido a que renunció a sus grandes puestos por ser el Segundo Emperador del país.
Es fundamental saber que Maximiliano es el segundo emperador que tuvo México, ya que el primero fue Agustín de Iturbide.
Sus padres fueron:
* Francisco Carlos de Austria
* Sofía de Baviera
Maximiliano vivió en Trieste, una ciudad localizada al norte de Italia. Fue marino por mucho tiempo y estuvo en altamar. Apoyó el triunfo de su país en la guerra con Italia. En 1857 Maximiliano se encontraba en una necesidad económica debido a que estaba construyendo un castillo en Trieste y por ese motivo se casó el 27 de julio del mismo año con Carlota Amalia de Bélgica, hija de Leopoldo I de Bélgica.
Gracias al padre de su esposa Carlota, Maximiliano fue nombrado virrey del Reino Lombardo – Véneto. Por lo que en el año de 1859 decidieron residir en Milán, la ciudad principal de Italia. Tiempo después, Maximiliano renunció a su título.
En el mismo año de 1859, los conservadores mexicanos deseaban tener a un príncipe europeo en México para que ocupara la corona del Segundo Imperio Mexicano. Eso lo supo Napoleón III, quien en ese entonces era emperador de los franceses y quería formar un imperio en México para tratar de frenar el crecimiento de los Estados Unidos.
La persona que eligió Napoleón III y los mexicanos conservadores fue el archiduque Fernando de Maximiliano de Habsburgo. Los conservadores le dijeron que lo recibirían de la mejor manera y que gobernaría con su imperio en México por mucho tiempo. Debido a eso Maximiliano aceptó la corona y se trasladó al país con su esposa la princesa belga Carlota Amalia en el año de 1864.
Llegaron a Veracruz en una embarcación llamada “Navora” el 28 de mayo de 1864. Se dice que cuando Maximiliano y su esposa se trasladaron a la Ciudad de México, se dieron cuenta del problema que tenía dicho país porque en esos momentos estaba golpeado por las guerras que se habían dado y se encontraba completamente dividido en dos grupos, los conservadores y los liberales.
Maximiliano contó con el apoyo de Napoleón III y básicamente estuvo en el poder gracias a tropas enviadas por éste último, ya que antes de que Maximiliano llegara a México para ocupar la corona, el ejército francés luchaba en dicho país contra los rebeldes que no querían aceptar el segundo imperio en su territorio. Así como también tuvo apoyó que tuvo de muchos conservadores mexicanos.
El nuevo emperador de México se dio cuenta del gran panorama que había en el país. Vio paisajes hermosos de los cuales se enamoró y así lo expresó en varias cartas que envió a Europa. También observó las características físicas de las personas, la arquitectura de su nuevo país y se dio cuenta de cómo estaba la política, la sociedad y la educación.
Maximiliano y sus seguidores pensaron que el país estaba pacificado y que el gobierno de Benito Juárez había terminado porque algunos aliados republicanos habían dicho que Juárez y su gabinete habían atravesado la frontera y dieron por terminada la persecución para fusilarlos.
Sin embargo, ellos no sabían que Benito Juárez y su gabinete se fueron a una serranía en Chihuahua para protegerse. Debido a lo anterior, Maximiliano y sus seguidores festejaron en la Ciudad de México el triunfo de su monarquía y junto con su esposa Carlota, tomó la corona el día 10 de abril de 1864.
Es preciso saber que la historia de México señala que la mayoría de habitantes mexicanos siempre defendieron la soberanía de su país y estuvieron a favor del gobierno de Benito Juárez, quien dada la situación que había en la Ciudad de México, decidió gobernar desde otros estados de la República Mexicana.
Maximiliano decidió vivir en el famoso Castillo de Chapultepec, cuyo majestuoso lugar fue construido en la época del Virreinato de la Nueva España y siempre ha estado ubicado en el centro del Bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México. Se dice que Maximiliano se trasladaba a la ciudad por medio de la avenida de nombre “paseo de la emperatriz” (pero tiempo después, su nombre cambió en el momento en que Benito Juárez pasó por ahí al haber derrotado a Maximiliano y se le dio el nombre de “paseo de la reforma”, la cual hoy en día es una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México).
Carlota y Maximiliano no pudieron tener hijos y adoptaron a dos nietos, hijos del primer emperador de México, Agustín de Iturbide. Cuando Fernando Maximiliano de Habsburgo tuvo la corona con el Segundo Imperio Mexicano, trató de ayudar al país desarrollando un crecimiento económico y social para que las personas pudieran tener otro tipo de vida.
La historia señala que Maximiliano de Habsburgo hizo algunas cosas buenas en México durante el tiempo que tuvo la corona:
– Restringió las horas de trabajo para todas las personas y prohibió que los menores de edad trabajaran.
– Construyó museos.
– Trató de conservar la cultura mexicana.
– Apoyó a las personas de bajos recursos económicos, gracias a fiestas que su esposa Carlota realizó para recaudar fondos. En este mismo aspecto canceló las deudas de los campesinos, las cuales sobrepasaban los 10 pesos en aquel entonces.
– Prohibió todas las formas de castigo físico.
– Rompió con el monopolio de las famosas tiendas de raya, las cuales fueron establecimientos de crédito para compras de tipo básico. Los obreros y campesinos eran obligados a comprar en dichas tiendas. Se les dio dicho nombre debido a que la mayoría de los trabajadores era analfabeta (no sabían leer ni escribir) y en el libro de registro de ventas y pagos que usaban, tenían que poner su firma pero ellos sólo ponían una raya.
Maximiliano se llegó a considerar a sí mismo como un emperador mexicano y no como uno francés. Aplicó en México todo lo que aprendió en Europa pero sus ideas eran demasiado liberales y los conservadores comenzaron a mostrar desacuerdos con el emperador.
Los seguidores liberales junto con el gobierno republicano de Benito de Juárez, contaban con el apoyo de los Estados Unidos e hicieron todo lo posible por derrotar el imperio de Maximiliano para recuperar al país de un gobierno monárquico.
Maximiliano no gobernó México con intereses de Francia como lo quería Napoleón III. Cuando éste último se dio cuenta de que Maximiliano estaba gobernando con interés hacía México y sus habitantes, él y los franceses decidieron no seguir apoyándolo.
Todo se complicó para el emperador cuando no suprimió la tolerancia de cultos y no disolvió los bienes nacionalizados de la iglesia. Fue así como la mayoría de los conservadores tomaron la decisión definitiva de no continuar apoyando al imperio de Maximiliano.
Es fundamental saber que Maximiliano de Habsburgo estuvo en el poder gracias a tropas enviadas por Napoleón III, pero éste último las retiró de México y así fue más fácil que los liberales derrotaran a los invasores (los conservadores quienes en un principio apoyaron su imperio). Debido a lo anterior la esposa de Maximiliano, Carlota trató de buscar apoyo en Europa para el imperio de su esposo ya que México se encontraba con muchos problemas políticos y sociales.
Carlota no obtuvo el apoyo de Napoleón III ni de la emperatriz Eugenia y por eso Maximiliano decidió vivir por un tiempo en la ciudad de Cuernavaca en el Palacio de San Cloff. Eso ayudó a que Benito Juárez recuperara poco a poco el control del territorio mexicano.
Finalmente Maximiliano se enfrentó a las consecuencias y las tropas de Benito Juárez lo sitiaron junto con dos de sus seguidores Tomás Mejía y Miguel Miramón, quienes fueron dos de las personas que tuvieron la regencia durante el imperio de Maximiliano.
Juárez nombró un tribunal militar para juzgar a Maximiliano y a sus aliados. Fueron juzgados en el Teatro de la ciudad de Querétaro. El resultado fue que los revolucionarios condenaron a los tres con la muerte y fueron fusilados por soldados republicanos del ejército del general Mariano Escobedo el día 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas. Benito Juárez envió el cuerpo de Maximiliano a Austria en el mismo barco que lo trajo años atrás a México, “Navora”.
Se dice que su esposa permaneció en Roma, se volvió loca y fue encerrada en el castillo de Bruselas hasta el día en que murió. Ella nunca supo lo que había sucedido con su esposo Maximiliano. Carlota murió en el 19 de enero de 1927, a la edad de 87 años.

1° Emperador de México : Agustín de Iturbide

Agustín de Iturbide

Fecha de gobierno: del 29 de septiembre de 1821 al 18 de mayo de 1824

Tipo de Gobierno: Monarquía Constitucional llamada Imperio Mexicano.
Lugar de nacimiento: 27 de septiembre de 1783 en Valladolid (Morelia), Michoacán.
Lugar de fallecimiento: 19 de julio de 1824 en Padilla, Tamaulipas.

Biografía de Agustín de Iturbide

Primer Emperador Mexicano Agustin de Iturbide
Su nombre completo es Agustín Cosme Damián de Iturbide. Fue el primer emperador de México. No era el primer presidente de México.
Sus padres fueron:
*José Joaquín de Iturbide y Arregui.
*María Josefa de Arámburu y Carrillo de Figueroa.
La historia de su infancia y educación señalan que Agustín de Iturbide estudió en un seminario tridentino donde los profesores les enseñaban e implantaban ideas europeas sobre diferentes aspectos como la economía del mundo y valores humanos. Iturbide estudiaba gramática latina y las materias que llegó a cursar fueron: filosofía, física, lógica, metafísica y tecnología moral.
Después de un tiempo su papá le pidió apoyo para trabajar en la administración de su hacienda y debido a eso tuvo que dejar sus estudios. Alrededor de 1797 formó parte del servicio militar en Valladolid. Con forme fue creciendo sus conocimientos se hacían cada vez más amplios a través de la práctica que llevaba. Se casó con la hija del español Isidro Huarte, Ana María Josefa Huarte y Muñiz en 1805.
En México se dio la crisis política de 1808 la cual trataba de transformaciones en la sociedad del Virreinato de Nueva España. Los principales cambios se vieron reflejados en el aspecto político, militar y socio-económico. Durante esa época Iturbide se unió al movimiento dirigido por Gabriel de Yermo. Ahí fue donde Miguel Hidalgo y Costilla le asigno el grado de teniente general.
Iturbide participó en una junta soberanista llamada Conjura de Valladolid. Esto sucedió alrededor de 1809 en Michoacán (lo que hoy en día es la ciudad de Morelia).
Después de varios años, el 30 de octubre de 1810 Iturbide participó en el enfrentamiento militar llevado a cabo en el Monte de las Cruces, cerca de Toluca en el estado de México. Al tener el firme compromiso por defender a sus compatriotas, su destacado desempeño en dicho enfrentamiento hizo que el virrey Francisco Xavier Venegas lo nombrara capitán del batallón de Toluca de la compañía de Huichapan.
Su trayectoria como comandante general lo llevó a luchar contra diferentes grupos independentistas. En el año de 1815 derrotó a José María Morelos y Pavón, personaje histórico importante de México. Su participación gloriosa hasta ese entonces hizo que lo promovieran a la categoría de coronel.
Todo parecía marchar bien para Iturbide, sin embargo un cura de nombre Antonio Labarrieta denunció a Iturbide por destruir y monopolizar el comercio en una localidad del estado de Guanajuato. Posteriormente otras personas denunciaron a Iturbide por otras cosas. El Virrey Félix María Calleja tuvo que destituirlo de su cargo en el año de 1816 por abuso de autoridad.
Entre otros aspectos relevantes que realizó Iturbide se encuentra:
– El 10 de febrero se llevó a cabo el “abrazo de Acatempan”. Donde Guerrero e Iturbide sellaron la paz.
– Iturbide proclamó el Plan de Iguala junto con Vicente Guerrero el 24 de febrero de 1821 en la ciudad de Iguala de la Independencia, en el estado de Guerrero.
La historia señala que Iturbide fue militar y político durante la época del Virreinato de Nueva España. En los comienzos de la guerra por la Independencia de México, Iturbide participó y dirigió al ejército realista formado principalmente por españoles, americanos y peninsulares en contra de los insurgentes.
Después de un tiempo fue comandante del ejército de las tres garantías (ejército trigarante) para luchar en contra de Vicente Guerrero durante el trienio liberal llevado a cabo de 1820 a 1823. Entre los movimientos más importantes que realizó se encuentran:
– La proclamación del Plan de Iguala en 1821.
– El 24 de agosto de 1821 firmó junto con Juan O’Donojú los Tratados de Córdoba, precisamente en la ciudad de Córdoba en el estado de Veracruz. Se llevó a cabo para reconocer la Independencia de la Nueva España, lo que actualmente es México.
– Después de la forma de los Tratados de Córdoba se dio la terminación de la Independencia el 27 de septiembre de 1821.
– Fue emperador con el nombre de Agustín I de México en 1822.
– En 1823 Antonio López de Santa Anna firmó el Plan de Casa Mata, destinado a reinstalar el congreso y hacer nulo el imperio de Iturbide. Dada la situación en la que se encontraba Iturbide decidió dejar el puesto de emperador en marzo de 1823 y se fue a Europa. Con lo anterior se dio el cambio del país de Monarquía a República provocando la posición de quien sería el siguiente Presidente del país, Guadalupe Victoria.
– El Congreso de México declaró traidor a Iturbide por haberse ido a Europa. Se levantó una orden de aprensión de Iturbide en caso de regresar a México. Tiempo después regresó al país y sin tener conocimiento de lo que había sucedido durante su ausencia, elementos de la policía lo encontró en Tamaulipas y fue arrestado y ejecutado a balazos.